todo se desarrolla como un normal día de pareja:
besos, caricias, abrazos, promesas y mil cosas que jactan una relación.
Y continua como una básica noche de fiesta en un bar clandestino.
Hasta aquel momento en el que, desde mi entrepierna,
una sensación indescriptible tomo posesión de mi cuerpo y mente.
y sin pensarlo dos veces, agarre fuertemente su mano,
la hale por todo el bar, y ella sin poder reaccionar se vio en medio de la pista de baile,
rodeada por montones de masas humanas,
dejadas por las drogas, alcohol, desesperación carnal, y uno que otro idiota
tratando de conquistar torpemente.
Ella con su mirada sorprendida, trata de llevarme el ritmo en un desenfrenado baile,
sin saber que lo que intento es desahogar esa extraña fuerza en mi, pero no lo logro.
Empiezo tomando con fuerza su cabello y ella sonríe como si le gustara;
Sin lograr ningún cambio en mi, la beso con fuerza y desesperación,
y mientras ella me aruña la espalda,
me doy cuenta que lo que hace, aumenta mi desesperación y agita mi respiración,
la empujo bruscamente y entre sus negros cabellos,
una sonrisa de placer y burla se dibuja;
Yo sin saber que hacer busco su mirada, mientras empujo al imbécil que baila a mi lado..
"torpe ya huele mal y baila pésimo ademas no se fija que su pareja siente pena por el."
Después de tanto empujar por fin la encuentro con la mirada,
y me doy cuenta que existe algo de pircardia en su rostro;
se muerde la boca mientras sonríe y de nuevo aumenta mas mi sensación.
Entiendo que nada puedo hacer en aquel lugar y me acerco corriendo a su oído,
solo susurro "ven conmigo, este lugar esta lleno de mirones";
Y de nuevo la tomo de la mano un la llevo a mi auto,
tan rápido que olvidamos tomar nuestros abrigos.
Ella sin saber que me pasa,
se apresura a ponerse el cinturón,
mientras yo acelero a fondo por la desolada vía,
sin pronunciar palabra alguna señala un pequeño desvió por entre el bosque
y derrapando el auto entro entre los arboles,
hasta encontrarme con la orilla de un lago,
tan oscuro y brillante, como una trampa seductora.
Ella sale del auto y yo solo la sigo con desconfianza;
De repente gira y abre sus brazos,
dejando caer su vestido.
Sin sorprenderme ya,
la tomo por la cintura y la beso suavemente.
En un fuerte giro la recuesto contra el capot del auto y desciendo mi cuerpo,
besando su blanca y tersa piel,
mientras ella descubre su pecho y siente el helaje del bosque;
Después de terminar de recorrerla con mis labios, deteniéndome en algunos lugares
busco sus ojos y desnudo mi cuerpo.
Nos oprimimos el uno al otro y
forcejeamos hasta sumir el auto,
pasamos por el suave colchón de hojas secas del bosque,
y terminando bajo la falda de un enorme pino,
nos besamos por ultima vez y mirándonos a los ojos;
sonreímos y exhalamos el poco vapor que quedaba en nuestros cuerpos.
La noche, no culmino, pues la historia se repitió hasta que la luna
plateada dejo de observarnos y el maldito sol con su luz trato de darnos calor.